El
Dr. Gonzalo Martínez Rodríguez (ICMAN, CSIC) fue el Presidente del tribunal, el
Dr. Ferrán Martínez García (UJI Castellón) actuó como Vocal, y yo hice las
funciones de Secretario. La tutora académica de Lucía en la UPV ha sido la Dra.
Luz Pérez.
El
trabajo de Lucía mereció una nota de Sobresaliente Cum laude. Enhorabuena
Lucía!.
El resumen de la tesis es el siguiente:
El sistema de melanocortinas es un sistema hormonal crítico en la respuesta al estrés y el control del balance energético. Sus péptidos agonistas, las hormonas estimuladoras de los melanocitos (MSHs) y la hormona adrenocorticotropa (ACTH) están codificados en un precursor común denominado proopiomelanocortina (POMC). Sus efectos se medían a través de 5 receptores (MCRs) que exhiben farmacologías y dominios de expresión particulares. Los efectos de los agonistas son contrarrestados por la acción de dos antagonistas endógenos, la proteína de señalización agutí (ASIP) y la proteína relacionada con agutí (AGRP), que pueden actuar como agonistas inversos de los receptores activados constitutivamente. Para aumentar la complejidad del sistema hormonal existen dos proteínas accesorias de los receptores de melanocortinas (MRAPs) que interaccionan físicamente con los receptores para permitir (MC2R) o modular (MC1R, MC3R, MC4R, MC5R) la expresión funcional de los mismos. La MRAP1 es imprescindible para la migración a la membrana plasmática del MC2R mientras que la MRAP2 interactúa con el resto de receptores para modular su actividad.
Experimentos anteriores demostraron que, en el pez cebra,
uno de los dos parálogos de MRAP2 (MRAP2a) es capaz de interactuar con el MC4R,
un receptor canónico de la MSH, transformándolo en un receptor de ACTH. Los
experimentos recogidos en esta tesis doctoral demuestran que esta función se ha
conservado evolutivamente y esta conservación evolutiva sugiere la existencia
de un rol fisiológico para la interacción MRAP2-MC4R. Este rol puede estar
relacionado con la trasmisión de información desde el eje
hipotálamo-hipófisis-interrenal, que regula la respuesta al estrés hacia los
sistemas centrales que controlan el balance energético. Además, proponemos que
dicha interacción oferta un mecanismo molecular potencial para la explicación
de los beneficios de la terapia con ACTH en el síndrome de espasmos infantiles.
Nuestro segundo objetivo fue caracterizar molecularmente la
interacción entre ambas proteínas (MRAP2 y MC4R) utilizando una estrategia de
receptores quiméricos. Experimentos previos en nuestro laboratorio habían
demostrado que la interacción MRAP2a-MC1R no provocaban una alteración
farmacológica del receptor. Por tanto, nuestra estrategia fue sustituir
diferentes dominios del MC4R por aquellos homólogos del MC1R esperando una
pérdida de función, es decir una pérdida de la sensibilidad a ACTH inducida por
la MRPA2a en el receptor quimérico. Una vez detectados estos dominios
fundamentales optamos por la estrategia contraria, es decir, la substitución de
dominios del MC1R por aquellos homólogos del MC4R esperando una ganancia de
función. Los resultados demuestran que la substitución conjunta de los dominios
transmembranales (TM) 3, 5 y 7 conjuntamente con el segundo y tercer giros
extracelulares (ECL) del MC4R sobre el MC1R confiere sensibilidad a ACTH al
receptor quimérico. Basándonos en los modelos estructurales de la interacción
de diversos agonistas con el MC4R, nuestros resultados otorgan luz sobre la
relación funcional entre la MRPA2a y el MC4R y permiten inferir modelos de
interacción especulativos.
Resultados transcriptómicos previos del grupo de
investigación habían sugerido la participación del sistema de melanocortinas en
la regulación del reloj circadiano, por tanto, nuestro siguiente objetivo fue
demostrar esta interrelación. Para ello utilizamos el paradigma de la actividad
locomotora circadiana habitualmente utilizada para el estudio de los ritmos
circadianos. En primer lugar, y para poner a punto el sistema de registro de la
actividad, estudiamos las diferencias de actividad locomotora entre grupos
aislados de machos y hembras mostrando que bajo estas condiciones de
aislamiento los ritmos de actividad locomotora son dependientes del sexo,
además también demostramos que la administración oral de esteroides opuestos al
sexo fenotípico, es decir estradiol en machos y 11-ceto-androstenediona (como
precursor de la 11-cetotestosterona) en hembras, revertía parcialmente los
efectos del sexo sobre el perfil locomotor. Finalmente quisimos estudiar la
posible interacción del sistema de melanocortinas y la regulación del reloj
circadiano demostrando que la sobreexpresión de antagonistas endógenos en
modelos de transgénesis en el pez cebra modifica el patrón de actividad de los
animales. Los animales transgénicos exhiben una mayor actividad significativa
especialmente durante el periodo nocturno. Estos datos concuerdan con datos ya
publicados por nuestro grupo de investigación donde se demuestra la ausencia de
diferencias significativas en los niveles de melatonina entre el día y la noche
en animales transgénicos.
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